lunes, 10 de agosto de 2009

Teoria del color en los alimentos

La belleza de las cosas siempre ha estado designada por las texturas y la armonía que consiguen los colores dependiendo de la luz con que estos son iluminados. Los colores cálidos o fríos nos brindan sensaciones ocasionadas por los estímulos que estos causan en nuestra percepción óptica ya sean de calidez, agrado, frescura, calma o irritabilidad, los colores son los causantes de lograr en nosotros distintos tipos de estados de ánimo y gustos.

Por lo general las personas relacionan la calidad de un alimento con su color, por la forma en la que esta persona lo esta viendo, pero, lo que muy poco se tiene en cuenta es el verdadero significado que tiene cada pigmentación en el alimento. La naturaleza nos habla por medio de sonidos, texturas y también por medio de los colores, esta es la forma más común de comunicación entre los animales carentes de habla y también entre nosotros aunque no tengamos mucha conciencia de esto.

La colorimetría se ha encargado de comprobar como cada color tiene un significado y una influencia prominente sobre nosotros y sobre cada una de las actividades que realizamos durante nuestros días y a lo largo de nuestra vida.

A continuación veremos algo de lo que es la colorimetría en los alimentos.

Objetivos

Generales:

• Conocer sobre la influencia de los colores en los alimentos y por ende en nuestra base dietaría.

Específicos:
• Conocer el valor nutricional en cada uno de los colores
• Entender la importancia de la buena combinación de colores en un plato
• Conocer la relación que hay entre los colores y la forma en la que estos nos ayudan de una forma u otra a mantener una buena dieta alimentaria

Teoría del color en los alimentos

Que es el color:

El color es una sensación que es percibida por los órganos visuales; está producida por los rayos luminosos y depende de su longitud de onda y de las características del órgano receptor.
Es un fenómeno físico-químico asociado a las infinitas combinaciones de la luz, relacionado con las diferentes longitudes de onda en la zona visible del espectro electromagnético, que perciben las personas y animales a través de los órganos de la visión, como una sensación que nos permite diferenciar los objetos con mayor precisión. Todo cuerpo iluminado absorbe una parte de las ondas electromagnéticas y refleja las restantes. Las ondas reflejadas son captadas por el ojo e interpretadas como colores según las longitudes de ondas correspondientes. El ojo humano sólo percibe el color cuando la iluminación es abundante. Con poca luz vemos en blanco y negro.
El color blanco resulta de la superposición de todos los colores, mientras que el negro es la ausencia de color. La luz blanca puede ser descompuesta en todos los colores (espectro) por medio de un prisma. En la naturaleza esta descomposición da lugar al arco iris.

Armonía de los colores:

Los colores armónicos son aquellos que funcionan bien juntos, es decir, que producen un esquema de color atractivo a la vista. El círculo cromático es una valiosa herramienta para determinar armonías de color. Los colores complementarios son aquellos que se contraponen en dicho círculo y que producen un fuerte contraste. Así, por ejemplo, en el modelo RYB, el verde es complementario del rojo, y en el modelo CMY, el verde es el complementario del magenta


Percepción del color:
En la retina del ojo existen millones de células especializadas en detectar las longitudes de onda procedentes de nuestro entorno. Estas células fotoreceptoras, conos y los bastoncillos, recogen parte del espectro de luz solar y lo transforman en impulsos eléctricos, que son enviados al cerebro a través de los nervios ópticos, siendo estos los encargados de crear la sensación del color.
Existen grupos de conos especializados en detectar y procesar un color determinado, siendo diferente el total de ellos dedicados a un color y a otro. Por ejemplo, existen más células especializadas en trabajar con las longitudes de onda correspondientes al rojo que a ningún otro color, por lo que cuando el entorno en que nos encontramos nos envía demasiado rojo se produce una saturación de información en el cerebro de este color, originando una sensación de irritación en las personas.
Cuando el sistema de conos y bastoncillos de una persona no es el correcto se pueden producir una serie de irregularidades en la apreciación del color, al igual que cuando las partes del cerebro encargadas de procesar estos datos están dañadas. Esta es la explicación de fenómenos como el Daltonismo. Una persona daltónica no aprecia las gamas de colores en su justa medida, confundiendo los rojos con los verdes.
Debido a que el proceso de identificación de colores depende del cerebro y del sistema ocular de cada persona en concreto, podemos medir con toda exactitud la longitud de onda de un color determinado, pero el concepto del color producido por ella es totalmente subjetivo, dependiendo de la persona en sí. Dos personas diferentes pueden interpretar un color dado de forma diferente, y puede haber tantas interpretaciones de un color como personas hay.
El mecanismo de mezcla y producción de colores producidos por la reflexión de la luz sobre un cuerpo no es el mismo al de la obtención de colores por mezcla directa de rayos de luz.






Los colores y las sensaciones:

Colores tranquilos y colores alegres

Los colores pueden transmitir tranquilidad, energía, serenidad... Se transforman en multitud de sensaciones. Los tonos neutros como el gris están considerados "colores tranquilos", frente a los rojos o naranjas, que se describen como "colores alegres".

Los tonos cálidos tienden a dar sensación de amplitud, mientras que los fríos consiguen el efecto contrario

Se consideran colores cálidos el amarillo, el naranja, el rojo o el marrón. Todos ellos se relacionan con vitalidad, jovialidad y fuerza. Los dos primeros, además, pueden representar un ambiente más acogedor, frente al rojo que transmite mucha energía. Por su parte, los tonos fríos son el verde, el azul o el morado. Simbolizan calma, tranquilidad, serenidad o sosiego, por lo que son adecuados para dormitorios o lugares de trabajo.

Respecto al blanco, es muy empleado como aislante de calor y para ampliar visualmente una estancia, el mismo efecto que consiguen los tonos cálidos. No obstante, los colores pueden mezclarse entre sí para obtener diferentes matices. Según la proporción de color que se aplique a una mezcla, se consigue una tonalidad u otra.

El color en los alimentos:

El color y la apariencia son el primer contacto que tiene el consumidor con un alimento, condicionando sus preferencias e influenciando su elección. El color está relacionado con las cualidades sensoriales, la composición química y, por lo tanto, uno de los factores que define la calidad de un producto alimentario.


La buena dieta equilibrada en colores


A la hora de pensar en un plato o una comida, trate de combinar los alimentos correctamente, tratando de llegar a un equilibrio cromático. Tenga en cuenta que la mayoría de las veces las proteínas son rojas, las hortalizas, verdes; y los carbohidratos naranjas. Por eso, lo más recomendable es que cuando la base de una comida sea un filete de carne, es decir, proteína roja, lo combine con una buena cantidad de verduras de colores naranja, amarillo y verde. Lo mismo debe hacer con un plato de carbohidratos como arroz o pasta. No deje de acompañarlo con alimentos de color verde.

Aunque quizá no sea completamente consciente de ello, el color y los alimentos están íntimamente ligados. Tanto es así que según el color que tenga un producto, esperamos que tenga un sabor u otro. Esto es, por ejemplo, lo que sucede con las manzanas: el ácido sabor de las verdes no tiene nada que ver con el dulce de las rojas. Pero el gusto no es el único indicativo que nos ofrece la tonalidad de los alimentos; según la denominada nutrición holística, los colores son algo así como el modo que tiene la naturaleza de indicarnos qué nutrientes contienen.
Según esta teoría, los alimentos rojos, naranjas y amarillos ejercen un efecto energizante y estimulante, mientras que los azules, verdes y púrpura resultan refrescantes y tranquilizantes. De este modo, el secreto de una buena alimentación y una dieta equilibrada no es otro que la buena combinación entre alimentos de distintas gamas de colores, ya que cada uno aporta unos beneficios concretos.



Rojo
Los rojos son los alimentos que más energía aportan. Para que esta idea sea más creíble, basta con hacerse a la idea de que la mayor parte de las frutas de ese color son ricas en vitamina C; ejemplo de ello son las cerezas, las frambuesas y las fresas. El tomate, por su parte, cuenta con un pigmento, el que le otorga su color, denominado licopeno, que es uno de los mayores enemigos de ciertas toxinas que pueden desarrollar células cancerígenas. Se consideran alimentos rojos, además de los ya nombrados, la remolacha, las ciruelas rojas, los rábanos, la carne y el marisco, entre otros.


Naranja
Por su parte, el color naranja es sinónimo de buen apetito. Entre los alimentos de este tono destacan las naranjas, los mangos, las papayas, los albaricoques, los nabos, las calabazas, las nueces, los huevos, las yemas o el jengibre. En el caso de estos productos hay que hablar del betacaroteno, que aporta vitamina A y contiene vitaminas B y C.
Este pigmento se encuentra en todas las frutas y verduras de colores vivos y constituye un potente antioxidante que protege contra los efectos envejecedores de las radiaciones ultravioletas. Por eso están especialmente indicados para todos aquellos que pasan mucho tiempo expuestos al sol. De ahí proviene la idea popular de que las zanahorias son beneficiosas para ponerse moreno. La teoría no está tan alejada de la realidad como podría parecer.


Amarillo
Cereales integrales, arroz, lentejas amarillas, frutos secos, pomelos, melones, mantequilla… Estos son algunos de los alimentos amarillos más comunes. De ellos se dice que mejoran el ánimo y favorecen una actitud positiva y feliz ante la vida, al tiempo que estimulan las facultades mentales y mejoran la memoria. Lo que sí es indiscutible es que la bromelina, que se encuentra en la piña y otros alimentos de este tipo, es un buen tónico para el páncreas.


Verde, azul y púrpura

De entre todos los alimentos, los de color verde son de los más saludables. Basta con decir que las verduras y las plantas de este color ejercen una función alcalinizadora en el cuerpo, y constituyen una buena fuente de fibra natural. Además, estabilizan la presión sanguínea. Todos estos beneficios son conocidos desde antiguo, como demuestra el hecho de que se utilicen desde hace miles de años por sus efectos medicinales. Dentro de este tipo de alimentos se encuentran, entre otros, los pimientos verdes, los guisantes, la coliflor, la lechuga, el calabacín, el apio y el pepino.
Las bayas azules y negras, como los arándanos y las grosellas son los alimentos azules más populares, aunque también se incluyen en este tipo algunas algas marinas. Se caracterizan porque resultan calmantes y producen un efecto refrescante.
Para finalizar, los de color púrpura y violeta son muy equilibrados, ya que contienen al mismo tiempo rojo y azul. Las uvas negras, el tomillo, las alcachofas y la remolacha son algunos de ellos. Este tipo de productos suele ser muy nutritivo.



Electromagnetismo de los colores y su influencia en los alimentos:


A menudo oímos hablar de la energía que contienen los Alimentos, de su potencial Alimenticio, de sus mezclas positivas y negativas, de sus propiedades negativas y curativas
Pero en los mismos Alimentos hay algo mas que proteínas, minerales y vitaminas, que son los COLORES y las FORMAS.
Cada Alimento, así como los platos que los contienen y los cubiertos con los que los comemos tienen una longitud de onda particular y una carga eléctrica o magnética que los caracteriza, e incluso el corte o la forma, así como la cocción influyen, tanto en su sabor como en sus particularidades.
No es lo mismo tomar un café con leche en vaso que en taza, algunas personas prefieren tomar el café en vaso con una cucharilla de acero inoxidable, porque les sabe mejor, cualquier buen conocedor sabe, que no es lo mismo tomar un café de bar que un café casero.
El gusto del café también varia dependiendo del color y el material de la taza, una taza de barro por ejemplo le dará un sabor muy distinto que una taza de porcelana.
Todo esto se debe a que la longitud de onda y carga energética del café varia dependiendo de los materiales con que haya entrado en contacto durante su elaboración y degustación.

1 comentario:

Unknown dijo...

gra cias por su informacion es muy detallada y muy agradable de leer